Lo dividió en proporción a las capacidades de cada uno. Al primero le dio cinco bolsas de plata; al segundo, dos bolsas de plata; al último, una bolsa de plata. Luego se fue de viaje.
»El siervo que recibió las cinco bolsas de plata comenzó a invertir el dinero y ganó cinco más.
El siervo al cual le habÃa confiado las cinco bolsas de plata se presentó con cinco más y dijo: “Amo, usted me dio cinco bolsas de plata para invertir, y he ganado cinco másâ€.
»Se presentó el siervo que habÃa recibido las dos bolsas de plata y dijo: “Amo, usted me dio dos bolsas de plata para invertir, y he ganado dos másâ€.
»Por último se presentó el siervo que tenÃa una sola bolsa de plata y dijo: “Amo, yo sabÃa que usted era un hombre severo, que cosecha lo que no sembró y recoge las cosechas que no cultivó.
TenÃa miedo de perder su dinero, asà que lo escondà en la tierra. Mire, aquà está su dinero de vueltaâ€.
A los que usan bien lo que se les da, se les dará aún más y tendrán en abundancia; pero a los que no hacen nada se les quitará aun lo poco que tienen.
Ahora bien, arrojen a este siervo inútil a la oscuridad de afuera, donde habrá llanto y rechinar de dientesâ€.
»Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria acompañado por todos los ángeles, entonces se sentará sobre su trono glorioso.
te vimos como extranjero y te brindamos hospitalidad, o te vimos desnudo y te dimos ropa,
o te vimos enfermo o en prisión, y te visitamos?â€.
»Y el Rey dirá: “Les digo la verdad, cuando hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de estos, mis hermanos, ¡me lo hicieron a mÃ!â€.
»Luego el Rey se dirigirá a los de la izquierda y dirá: “¡Fuera de aquÃ, ustedes, los malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus demonios!
Pues tuve hambre, y no me alimentaron. Tuve sed, y no me dieron de beber.
Fui extranjero, y no me invitaron a su hogar. Estuve desnudo, y no me dieron ropa. Estuve enfermo y en prisión, y no me visitaronâ€.