Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
No se rebelen contra el Señor y no teman al pueblo de esa tierra. ¡Para nosotros son como presa indefensa! ¡Ellos no tienen protección, pero el Señor está con nosotros! ¡No les tengan miedo!».
Si ahora los destruyes, entonces los egipcios lo informarán a los habitantes de esta tierra, los cuales ya escucharon que vives en medio de tu pueblo. Ellos saben, Señor, que te apareciste a tu pueblo cara a cara y que tu columna de nube se mantiene en el aire sobre ellos. Saben que de dÃa vas delante de ellos en la columna de nube y por la noche en la columna de fuego.
Asà que si ahora matas a todo el pueblo de un solo golpe, las naciones que han oÃdo acerca de tu fama dirán:
“Como el Señor no pudo llevarlos a la tierra que juró darles, los mató en el desiertoâ€.
»Por favor, Señor, demuestra que tu poder es tan grande como lo has declarado. Como lo has dicho:
“El Señor es lento para enojarse y está lleno de amor inagotable y perdona toda clase de pecado y rebelión; pero no absuelve al culpable. Él extiende los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia se ve afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generaciónâ€.
En conformidad con tu magnÃfico e inagotable amor, por favor, perdona los pecados de este pueblo, asà como lo has perdonado desde que salió de Egipto.
Ahora bien, den la vuelta y no sigan hacia la tierra donde habitan los amalecitas y los cananeos. Mañana deberán partir al desierto en dirección del mar Rojo.
Pero en cuanto a ustedes, caerán muertos en este desierto.
Sus hijos serán como pastores que vagarán por el desierto durante cuarenta años y de esa manera, ellos pagarán por la infidelidad de ustedes, hasta que el último de ustedes caiga muerto en el desierto.
»Puesto que sus hombres exploraron la tierra durante cuarenta dÃas, ustedes andarán vagando en el desierto por cuarenta años —un año por cada dÃa— y asà sufrirán las consecuencias de sus pecados. Entonces sabrán lo que es tenerme como enemigo.
Asà que a la mañana siguiente se levantaron temprano y subieron a la parte alta de las colinas. «¡Vamos! —dijeron—. Reconocemos que hemos pecado, pero ahora estamos listos para entrar a la tierra que el Señor nos prometió».