«Haz dos trompetas de plata labrada a martillo para convocar a la comunidad a reunirse y dar la señal de levantar el campamento.
Al toque de ambas trompetas, todos deben reunirse ante ti a la entrada del tabernáculo;
pero si se toca solo una trompeta, entonces solo los lÃderes —los jefes de los clanes de Israel— tendrán que presentarse ante ti.
»Cuando hagas sonar la señal para continuar el viaje, las tribus acampadas en el lado oriental del tabernáculo levantarán el campamento y avanzarán.
Cuando hagas sonar la señal por segunda vez, las tribus acampadas en el lado sur, las seguirán. Haz sonar toques cortos como señal de ponerse en marcha,
pero cuando convoques al pueblo a asamblea, toca las trompetas de manera diferente.
Únicamente los sacerdotes, los descendientes de Aarón, podrán tocar las trompetas. Esta es una ley perpetua para ustedes y tendrá que cumplirse de generación en generación.
»Cuando lleguen a su propia tierra y vayan a la guerra contra sus enemigos que los atacan, darán la alarma con las trompetas. Entonces el Señor su Dios los recordará y los rescatará de sus enemigos.
Luego salió la división coatita de los levitas, que llevaba consigo los objetos sagrados del tabernáculo. El tabernáculo debÃa estar ya instalado en su nueva ubicación antes de que ellos llegaran al próximo lugar de campamento.
Las tropas de EfraÃn marcharon a continuación, detrás de su estandarte. Su jefe era Elisama, hijo de Amiud.
Las últimas en salir fueron las tropas de Dan que marchaban tras su estandarte, a la retaguardia de todos los campamentos tribales. Su jefe era Ahiezer, hijo de Amisadai.
Se le unieron las tropas de la tribu de Aser, dirigidas por Pagiel, hijo de Ocrán,