Entonces el Señor se compadecerá de su pueblo    y guardará celosamente el honor de su tierra.
El Señor responderá: «¡Miren!, les envÃo grano, vino nuevo y aceite de oliva,    suficiente para satisfacer sus necesidades. Ya no serán objeto de burla    entre las naciones vecinas.
No teman, animales del campo,    porque pronto los pastos del desierto recobrarán su verdor. Los árboles volverán a colmarse de fruto;    las higueras y las vides se llenarán una vez más.
Volverán a tener toda la comida que deseen    y alabarán al Señor su Dios, que hace esos milagros para ustedes.    Nunca más mi pueblo será avergonzado.
Entonces sabrán que yo estoy en medio de mi pueblo Israel,    que yo soy el Señor su Dios, y que no hay otro.    Nunca más mi pueblo será avergonzado.