Cuando hablaba la tribu de EfraÃn,    el pueblo temblaba de miedo    porque esa tribu era importante en Israel; pero la gente de EfraÃn pecó al rendir culto a Baal    y asà selló su destrucción.
Por lo tanto, desaparecerán como la neblina de la mañana,    como el rocÃo bajo el sol del amanecer, como paja llevada por el viento    y como el humo de una chimenea.
EfraÃn era el más productivo de sus hermanos,    pero el viento del oriente —una ráfaga del Señor—    se levantará en el desierto. Todos sus manantiales se secarán    y todos sus pozos desaparecerán. Todo lo valioso que poseen    será saqueado y se lo llevarán.