Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
De pronto, la gloria del Dios de Israel apareció desde el oriente. El sonido de su venida era como el rugir de aguas torrentosas y todo el paisaje resplandeció con su gloria.
Colocaron los altares para sus Ãdolos junto a mi altar, con solo un muro de separación entre ellos y yo. Profanaron mi santo nombre con ese pecado tan detestable, por eso los consumà en mi enojo.
»Hijo de hombre, describe al pueblo de Israel el templo que te he mostrado, para que ellos se avergüencen de todos sus pecados. Dejen que estudien el plano del templo
y se avergonzarán de lo que hicieron. DescrÃbeles todas las especificaciones del templo —incluidas las entradas y las salidas— y todos los demás detalles. Háblales de los decretos y las leyes del templo. Escribe todas las especificaciones y los decretos mientras ellos observan, para que sin falta los recuerden y los sigan.
Esta es la ley fundamental del templo: ¡santidad absoluta! Toda la cumbre del monte donde está el templo es santa. SÃ, esta es la ley fundamental del templo.
La parte superior del altar —la plataforma para el fuego— se eleva otros dos metros con diez centÃmetros y tiene un cuerno hacia arriba en cada una de las cuatro esquinas.
La parte superior del altar es cuadrada y mide seis metros con cuarenta centÃmetros de lado.
Luego me dijo: «Hijo de hombre, esto dice el Señor Soberano: cuando se construya el altar, estas serán las ordenanzas para quemar las ofrendas y rociar la sangre.
En ese tiempo, a los sacerdotes levitas de la familia de Sadoc, quienes ministran delante de mÃ, se les dará un becerro para la ofrenda por el pecado, dice el Señor Soberano.
Cuando hayas terminado con la ceremonia de purificación, ofrecerás otro becerro que no tenga defectos y un carnero perfecto del rebaño.
Se los presentarás al Señor, y los sacerdotes los rociarán con sal y los ofrecerán como ofrenda quemada al Señor.
»Diariamente, durante siete dÃas, se sacrificarán un cabrito, un becerro y un carnero del rebaño como ofrenda por el pecado. Esos animales no deberán tener ningún defecto fÃsico.