Dile: “Esto dice el Señor: ‘Oh Israel, yo soy tu enemigo y voy a desenvainar mi espada para destruir a tu gente, a justos y a perversos por igual.
«Hijo de hombre, da al pueblo el siguiente mensaje de parte del Señor: »“Una espada, una espada    está siendo afilada y pulida.
¡Está siendo afilada para una masacre espantosa    y pulida para destellar como un rayo! ¿Ahora te reirás?    ¡Los más fuertes que tú han caÃdo bajo su poder!
SÃ, ahora mismo la espada está siendo afilada y pulida;    se prepara para el verdugo.
Que el corazón se les derrita de pavor,    porque la espada reluce en cada puerta de la ciudad. ¡Destella como un rayo    y está pulida para la matanza!
Oh espada, acuchilla a la derecha    y luego a la izquierda; corta por todas partes,    corta por donde quieras.
»Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: una y otra vez me hiciste recordar tu pecado y tu culpa. ¡Ni siquiera intentas ocultarlo! En todo lo que haces, tus pecados son evidentes, están a la vista de todos. ¡Por lo tanto, ya ha llegado la hora de tu castigo!
»PrÃncipe de Israel, corrupto y perverso, ¡ha llegado el dÃa de tu juicio final!
Esto dice el Señor Soberano: »“QuÃtate la corona de joyas,    porque el antiguo orden está por cambiar. Ahora los humildes serán exaltados,    y los poderosos serán humillados.
»Ahora, hijo de hombre, profetiza sobre los amonitas y sus burlas. Dales el siguiente mensaje de parte del Señor Soberano: »“Una espada, una espada    se desenvainó para tu masacre. Está pulida para destruir,    ¡y destella como un rayo!
Tus profetas han transmitido falsas visiones    y tus adivinos han dicho mentiras. La espada caerá sobre el cuello de los malvados,    para quienes ya ha llegado el dÃa del juicio final.
Serás leña para el fuego,    y derramarán tu sangre en tu propia tierra. ¡Serás arrasado por completo,    y no habrá más memoria de ti en la historia,    porque yo, el Señor, he hablado!â€Â».