Dales el siguiente mensaje de parte del Señor Soberano: “Cuando elegà a Israel —cuando me di a conocer a los descendientes de Jacob en Egipto—, hice un juramento solemne de que yo, el Señor, serÃa su Dios.
Entonces les dije: ‘Cada uno de ustedes deshágase de las imágenes repugnantes con las que están tan obsesionados. No se contaminen con los Ãdolos de Egipto, porque yo soy el Señor su Dios’.
Allà les di mis decretos y ordenanzas para que al ponerlos en práctica encontraran vida.
Además, les di mis dÃas de descanso como una señal entre ellos y yo. El propósito era recordarles que soy el Señor, quien los apartó para que fueran santos.
»Por lo tanto, hijo de hombre, dale este mensaje al pueblo de Israel de parte del Señor Soberano: “Tus antepasados siguieron blasfemando y traicionándome,
pues cuando los hice entrar en la tierra que les habÃa prometido, ¡ofrecieron sacrificios en cada colina alta y debajo de cada árbol frondoso que encontraron! Provocaron mi furia al ofrecer sacrificios a sus dioses. ¡Les llevaron perfumes e incienso y derramaron ofrendas lÃquidas ante ellos!
»â€En cuanto a ti, pueblo de Israel, esto dice el Señor Soberano: adelante, rinde culto a tus Ãdolos, pero tarde o temprano me obedecerás y dejarás de deshonrar mi santo nombre al rendir culto a Ãdolos.
Entonces, cuando yo los regrese a la tierra que mediante un juramento solemne prometà darles a sus antepasados, ustedes sabrán que yo soy el Señor.
Recordarán todas las formas en que se contaminaron y se odiarán a sà mismos por el mal que hicieron.
Y sabrás, pueblo de Israel, que yo soy el Señor, cuando haya honrado mi nombre al tratarte con compasión, a pesar de tu perversidad. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!â€Â».