«Hijo de hombre, tú vives entre rebeldes que tienen ojos pero se niegan a ver; tienen oÃdos pero se niegan a oÃr, porque son un pueblo rebelde.
»De modo que ahora, hijo de hombre, haz como si te enviaran al destierro. Prepara tu equipaje con las pocas pertenencias que podrÃa llevarse un desterrado y sal de tu casa para ir a otro lugar. Hazlo a la vista de todos para que te vean. Pues quizás presten atención a eso, por muy rebeldes que sean.