Cuando JeremÃas terminó de dar este mensaje del Señor su Dios a todo el pueblo,
AzarÃas, hijo de OsaÃas, y Johanán, hijo de Carea, y los demás hombres arrogantes le dijeron a JeremÃas: «¡Mentira! ¡El Señor nuestro Dios no nos ha prohibido ir a Egipto!
y cuando venga, destruirá la tierra de Egipto. Traerá muerte a los destinados a la muerte, cautiverio a los destinados al cautiverio y guerra a los destinados a la guerra.