Ahora bien, a mediados del otoño, Ismael, hijo de NetanÃas y nieto de Elisama, que era miembro de la familia real y que habÃa sido uno de los altos funcionarios del rey, fue con diez hombres a Mizpa para encontrarse con GedalÃas. Mientras comÃan juntos,
Ismael y sus diez hombres de pronto se levantaron, desenvainaron sus espadas y mataron a GedalÃas, a quien el rey de Babilonia habÃa nombrado gobernador.
Entonces Ismael salió de Mizpa para ir a su encuentro e iba llorando por el camino. Cuando los alcanzó, les dijo: «¡Oh, vengan y vean lo que le ha sucedido a GedalÃas!».
En cuanto entraron a la ciudad, Ismael y sus hombres los mataron a todos, menos a diez, y echaron sus cuerpos en una cisterna.
Los otros diez convencieron a Ismael que los dejara en libertad, con la promesa de traerle todo el trigo, la cebada, el aceite de oliva y la miel que habÃan escondido.
La cisterna donde Ismael echó los cuerpos de los hombres que asesinó era grande, cavada por órdenes del rey Asa cuando fortificó Mizpa para protegerse de Baasa, rey de Israel. Asà que, Ismael, hijo de NetanÃas, la llenó de cadáveres.
porque tenÃan miedo de lo que harÃan los babilonios cuando se enteraran de que Ismael habÃa matado a GedalÃas, el gobernador designado por el rey babilónico.