pero al pueblo de toda nación que se someta al rey de Babilonia se le permitirá permanecer en su propio paÃs para cultivar la tierra como siempre. ¡Yo, el Señor, he hablado!’â€Â».
Entonces me dirigà a los sacerdotes y al pueblo y les dije: «Esto dice el Señor: “No escuchen a sus profetas que les aseguran que los artÃculos de oro que fueron sacados de mi templo pronto serán devueltos de Babilonia. ¡Es pura mentira!