Sin embargo, ese tiempo de oscuridad y de desesperación no durará para siempre. La tierra de Zabulón y de Neftalà será humillada, pero habrá un tiempo en el futuro cuando Galilea de los gentiles, que se encuentra junto al camino que va del Jordán al mar, será llena de gloria.
El pueblo que camina en oscuridad    verá una gran luz. Para aquellos que viven en una tierra de densa oscuridad,    brillará una luz.
Harás que crezca la nación de Israel,    y sus habitantes se alegrarán. Se alegrarán ante ti    como la gente se goza en la cosecha,    y como los guerreros cuando se dividen el botÃn.
Las botas de los guerreros    y los uniformes manchados de sangre por la guerra serán quemados;    serán combustible para el fuego.
Pues nos ha nacido un niño,    un hijo se nos ha dado; el gobierno descansará sobre sus hombros,    y será llamado: Consejero Maravilloso, Dios Poderoso,    Padre Eterno, PrÃncipe de Paz.
El Señor se ha pronunciado contra Jacob;    su juicio ha caÃdo sobre Israel.
Y los habitantes de Israel y de Samaria,    quienes hablaron con tanta soberbia y arrogancia,    pronto se enterarán.
DecÃan: «Reemplazaremos los ladrillos rotos de nuestras ruinas con piedra labrada    y volveremos a plantar cedros donde cayeron las higueras sicómoros».
Pero el Señor traerá a los enemigos de RezÃn contra Israel    e incitará a todos sus adversarios.
Los arameos desde el oriente y los filisteos desde el occidente    sacarán sus colmillos y devorarán a Israel. Pero aun asà no quedará satisfecho el enojo del Señor;    su puño sigue preparado para dar el golpe.
Atacarán a su vecino de la derecha    pero seguirán con hambre. Devorarán a su vecino de la izquierda,    pero no quedarán satisfechos. Al final, se comerán hasta a sus propios hijos.