Agranda tu casa; construye una ampliación.    Extiende tu hogar y no repares en gastos.
Pues pronto estarás llena a rebosar;    tus descendientes ocuparán otras naciones    y repoblarán las ciudades en ruinas.
»No temas, ya no vivirás avergonzada.    No tengas temor, no habrá más deshonra para ti. Ya no recordarás la vergüenza de tu juventud    ni las tristezas de tu viudez.
Pues las montañas podrán moverse    y las colinas desaparecer, pero aun asà mi fiel amor por ti permanecerá;    mi pacto de bendición nunca será roto    —dice el Señor, que tiene misericordia de ti—.
Estarás segura bajo un gobierno justo e imparcial;    tus enemigos se mantendrán muy lejos. Vivirás en paz,    y el terror no se te acercará.
Si alguna nación viniera para atacarte,    no será porque yo la haya enviado;    todo el que te ataque caerá derrotado.