Escúchenme, todos ustedes en tierras lejanas;    presten atención, ustedes que están muy lejos. El Señor me llamó desde antes que naciera;    desde el seno de mi madre me llamó por mi nombre.
Hizo que mis palabras de juicio fueran tan filosas como una espada. Â Â Â Me ha escondido bajo la sombra de su mano. Â Â Â Soy como una flecha afilada en su aljaba.
Él me dijo: «Israel, tú eres mi siervo    y me traerás gloria».
Y ahora habla el Señor,    el que me formó en el seno de mi madre para que fuera su siervo,    el que me encomendó que le trajera a Israel de regreso. El Señor me ha honrado    y mi Dios me ha dado fuerzas.
El Señor, el Redentor    y Santo de Israel, le dice al que es despreciado y rechazado por las naciones,    al que es el siervo de los gobernantes: «Los reyes se pondrán en posición de firmes cuando tú pases.    Los prÃncipes se inclinarán hasta el suelo por causa del Señor, el fiel,    el Santo de Israel, que te ha escogido».
No tendrán hambre ni sed    y el sol ardiente ya no los alcanzará. Pues el Señor en su misericordia los guiará;    los guiará junto a aguas frescas.
¡Miren! Mi pueblo regresará desde muy lejos;    desde tierras del norte y del occidente,    y desde tan al sur como Egipto».
¡Oh, cielos, canten de alegrÃa!    ¡Oh, tierra, gózate!    ¡Oh montes, prorrumpan en cantos! Pues el Señor ha consolado a su pueblo    y le tendrá compasión en medio de su sufrimiento.
«¡Jamás! ¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho?    ¿Puede no sentir amor por el niño al que dio a luz? Pero aun si eso fuera posible,    yo no los olvidarÃa a ustedes.
Dentro de poco tus descendientes regresarán,    y los que procuran destruirte se irán.
Mira a tu alrededor y observa,    porque todos tus hijos volverán a ti. Tan cierto como que yo vivo —dice el Señor—,    ellos serán como joyas o adornos de novia para que tú los exhibas.
»Hasta los lugares más desolados de tu tierra abandonada    pronto estarán repletos de tu gente. Tus enemigos que te esclavizaron    estarán muy lejos.
Las generaciones nacidas en el destierro regresarán y dirán:    “¡Necesitamos más espacio! ¡Este lugar está lleno de gente!â€.
Reyes y reinas te servirán    y atenderán a todas tus necesidades. Se inclinarán hasta el suelo ante ti    y lamerán el polvo de tus pies. Entonces sabrás que yo soy el Señor.    Los que confÃan en mà nunca serán avergonzados».