Likewise the Spirit also helpeth our infirmities: for we know not what we should pray for as we ought: but the Spirit itself maketh intercession for us with groanings which cannot be uttered.
Pero ahora tus valientes guerreros lloran en público;    tus embajadores de paz lloran con amarga desilusión.
Tus caminos están abandonados;    ya nadie viaja por ellos. Los asirios rompieron su tratado de paz    y no les importan las promesas que hicieron delante de testigos;    no le tienen respeto a nadie.
La tierra de Israel se marchita con el duelo;    el LÃbano se seca a causa de la vergüenza. La llanura de Sarón es ahora un desierto;    Basán y el Carmelo han sido saqueados.
Los que son honestos y justos,    los que se niegan a obtener ganancias por medio de fraudes,    los que se mantienen alejados de los sobornos, los que se niegan a escuchar a los que traman asesinatos,    los que cierran los ojos para no ceder ante la tentación de hacer el mal;
estos son los que habitarán en las alturas.    Las rocas de los montes serán su fortaleza; se les proveerá alimentos,    y tendrán agua en abundancia.
Sus ojos verán al rey en todo su esplendor,    y verán una tierra que se pierde en la distancia.
Recordarán este tiempo de terror y preguntarán: «¿Dónde están los oficiales asirios    que contaban nuestras torres? ¿Dónde están los contadores    que anotaban el botÃn sacado de nuestra ciudad caÃda?».
Ustedes ya no verán a esa gente feroz y violenta,    con su idioma extraño y desconocido.
Para nosotros el Señor será el Poderoso.    Será como un ancho rÃo de protección que ningún enemigo puede cruzar;    por el cual no puede navegar ningún barco enemigo.
Las velas de los enemigos cuelgan flácidas    de los mástiles rotos, junto con aparejos inútiles. El pueblo de Dios repartirá el tesoro;    ¡hasta los cojos recibirán su porción!
El pueblo de Israel ya no dirá:    «Estamos enfermos e indefensos»,    porque el Señor perdonará sus pecados.