Él se deleitará en obedecer al Señor;    no juzgará por las apariencias    ni tomará decisiones basadas en rumores.
Hará justicia a los pobres    y tomará decisiones imparciales con los que son explotados. La tierra temblará con la fuerza de su palabra,    y bastará un soplo de su boca para destruir a los malvados.
Llevará la justicia como cinturón    y la verdad como ropa interior.
En ese dÃa el lobo y el cordero vivirán juntos,    y el leopardo se echará junto al cabrito. El ternero y el potro estarán seguros junto al león,    y un niño pequeño los guiará a todos.
La vaca pastará cerca del oso,    el cachorro y el ternero se echarán juntos,    y el león comerá heno como las vacas.
En ese dÃa, el Señor extenderá su mano por segunda vez    para traer de regreso al remanente de su pueblo: los que queden en Asiria y el norte de Egipto;    en el sur de Egipto, EtiopÃa y Elam;    en Babilonia, Hamat y todas las tierras costeras distantes.
Levantará bandera en medio de las naciones    y reunirá a los desterrados de Israel. Juntará al pueblo disperso de Judá    desde los confines de la tierra.
Entonces por fin terminarán los celos entre Israel y Judá    y dejarán de ser rivales.
Unirán sus fuerzas para caer encima de Filistea al occidente.    Juntos, atacarán y saquearán a las naciones situadas al oriente. Ocuparán las tierras de Edom y de Moab,    y Amón los obedecerá.
Abrirá una carretera para el remanente de su pueblo,    el remanente que viene de Asiria, tal como lo hizo por Israel hace mucho tiempo    cuando regresó de Egipto.