»El Señor ha dado sabidurÃa a Bezalel, a Aholiab y a los demás talentosos artesanos, y los ha dotado de habilidad para realizar todas las tareas relacionadas con la construcción del santuario. Que construyan y amueblen el tabernáculo tal como el Señor ordenó».
Sus contribuciones fueron más que suficientes para completar todo el proyecto.
Los hábiles artesanos hicieron diez cortinas de lino de tejido fino, para el tabernáculo. Luego, Bezalel adornó las cortinas con hilo azul, púrpura y escarlata, y con querubines hábilmente bordados.
Las diez cortinas tenÃan exactamente la misma medida: doce metros con noventa centÃmetros de largo, por un metro con ochenta centÃmetros de ancho.
Se juntaron cinco de estas cortinas para hacer una larga, y lo mismo se hizo con las otras cinco para formar una segunda cortina larga.
Bezalel hizo cincuenta presillas de tejido azul y las puso a lo largo del borde de la última cortina de cada conjunto.
Las cincuenta presillas a lo largo del borde de una cortina coincidÃan con las cincuenta presillas a lo largo del borde de la otra cortina.
Luego hizo cincuenta broches de oro y los usó para sujetar las dos cortinas largas. De ese modo, el tabernáculo se formaba de una pieza completa.
Además confeccionó once cortinas con tejido de pelo de cabra para que sirvieran de cubierta para el tabernáculo.
Las once cortinas tenÃan exactamente la misma medida: trece metros con ochenta centÃmetros de largo, por un metro con ochenta centÃmetros de ancho.
Bezalel juntó cinco de estas cortinas para formar una larga, y luego juntó las otras seis para formar una segunda cortina larga.
Hizo cincuenta presillas para colocar en el borde de cada cortina larga
Para el lado norte del tabernáculo, construyó otros veinte soportes
con sus cuarenta bases de plata (dos bases por cada soporte).
Hizo seis soportes para la parte posterior —es decir, el lado occidental del tabernáculo—
junto con dos soportes más para reforzar las esquinas de la parte posterior del tabernáculo.
Los soportes de las esquinas estaban emparejados por abajo y firmemente sujetados por arriba con un solo anillo, esto formaba un solo esquinero. Ambos esquineros se hicieron de la misma manera.
Para el interior del tabernáculo, Bezalel hizo una cortina especial, de lino de tejido fino. La adornó con hilo azul, púrpura y escarlata, y con querubines hábilmente bordados.
Luego confeccionó otra cortina, para la entrada de la carpa sagrada. La elaboró con lino de tejido fino y la bordó con diseños refinados, usando hilo azul, púrpura y escarlata.
La cortina fue colgada de ganchos de oro que estaban sujetos a cinco postes. Los postes, con sus capiteles decorativos y ganchos, estaban recubiertos de oro, y las cinco bases eran de bronce fundido.