Si es cierto que me miras con buenos ojos, permÃteme conocer tus caminos, para que pueda comprenderte más a fondo y siga gozando de tu favor. Y recuerda que esta nación es tu propio pueblo.
¿Cómo se sabrá que me miras con agrado —a mà y a tu pueblo— si no vienes con nosotros? Pues tu presencia con nosotros es la que nos separa —a tu pueblo y a m× de todos los demás pueblos de la tierra.