Aarón les respondió:—QuÃtenles a sus esposas, hijos e hijas los aretes de oro que llevan en las orejas y tráiganmelos.
Todos se quitaron los aretes que llevaban en las orejas y se los llevaron a Aarón.
Entonces Aarón tomó el oro, lo fundió y lo moldeó hasta darle la forma de un becerro. Cuando los israelitas vieron el becerro de oro, exclamaron: «¡Oh Israel, estos son los dioses que te sacaron de la tierra de Egipto!».
Al ver Aarón el entusiasmo del pueblo, edificó un altar frente al becerro. Luego anunció: «¡Mañana celebraremos un festival al Señor!».
Asà que yo les dije: “Los que tengan joyas de oro, que se las quitenâ€. Cuando me las trajeron, no hice más que echarlas al fuego, ¡y salió este becerro!