Hazlo cuadrado, de cuarenta y seis centÃmetros de largo y de ancho, y noventa y dos centÃmetros de alto, con cuernos tallados en las esquinas de la misma pieza de madera del altar.
Recubre de oro puro la parte superior, los lados y los cuernos del altar, y ponle una moldura de oro alrededor de todo el altar.
No ofrecerás sobre ese altar incienso no sagrado, ni ninguna ofrenda quemada, ni ofrendas de granos ni ofrendas lÃquidas.
»Una vez al año, Aarón deberá purificar el altar untando los cuernos con sangre de la ofrenda que se hace para purificar al pueblo de su pecado. Esta ceremonia se llevará a cabo todos los años, de generación en generación, porque ese altar es el más santo del Señor».
«Cada vez que hagas un censo del pueblo de Israel, cada hombre contado tendrá que pagar al Señor un rescate por sà mismo. Asà ninguna plaga herirá a los israelitas cuando los cuentes.
Cada persona contada tendrá que dar una pequeña pieza de plata como ofrenda sagrada al Señor. (Este pago es de medio siclo, según el siclo del santuario, que equivale a veinte geras).
Todos los que hayan cumplido veinte años deben dar esa ofrenda sagrada al Señor.
Recibe el dinero del rescate de los israelitas y úsalo para cuidar el tabernáculo. Esto hará que el Señor se acuerde de los israelitas y servirá para purificarles su vida».
Tendrán que lavarse las manos y los pies siempre, o morirán. Esta es una ley perpetua para Aarón y sus descendientes, tendrán que obedecerla de generación en generación».
»Unge a Aarón y a sus hijos, a fin de consagrarlos para que me sirvan como sacerdotes.
Y dile al pueblo de Israel: “Este aceite santo de la unción está reservado para mà de generación en generación.
Nunca será usado para ungir a ninguna otra persona ni deberán preparar una mezcla igual para ustedes. Es aceite consagrado y tienen que tratarlo como tal.
Cualquiera que prepare una mezcla igual a esta o unja a alguien que no sea un sacerdote será excluido de la comunidadâ€Â».