Likewise the Spirit also helpeth our infirmities: for we know not what we should pray for as we ought: but the Spirit itself maketh intercession for us with groanings which cannot be uttered.
Entonces el faraón preparó su carro de guerra y llamó a sus tropas.
Llevó consigo seiscientos de los mejores carros de guerra, junto con los demás carros de Egipto, cada uno con su respectivo oficial al mando.
Asà que el Señor endureció el corazón del faraón, rey de Egipto, quien por lo tanto salió a perseguir a los israelitas, los cuales se habÃan marchado con puños en alto en señal de desafÃo.
Mientras el faraón se acercaba, los israelitas levantaron la vista y se llenaron de pánico al ver que los egipcios los alcanzaban. Entonces clamaron al Señor
La nube se puso entre los egipcios y el campamento de los israelitas. Al atardecer, la nube se convirtió en fuego e iluminó la noche, pero los egipcios y los israelitas no se acercaron unos a otros en toda la noche.
Entonces el pueblo de Israel cruzó por en medio del mar, caminando sobre tierra seca, con muros de agua a cada lado.
Entonces los egipcios —con todos los carros de guerra y sus conductores, y con los caballos del faraón— persiguieron a los israelitas hasta el medio del mar.
En cambio, el pueblo de Israel caminó por en medio del mar sobre tierra seca, mientras las aguas permanecÃan levantadas como muros a ambos lados.
Asà es como el Señor aquel dÃa rescató a Israel de las manos de los egipcios. Y los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios a la orilla del mar.