Dios ubica a los solitarios en familias; Â Â Â pone en libertad a los prisioneros y los llena de alegrÃa. Pero a los rebeldes los hace vivir en una tierra abrasada por el sol.
Rodeado de incontables millares de carros de guerra,    el Señor llegó del monte Sinaà y entró en su santuario.
Cuando ascendiste a las alturas,    llevaste a una multitud de cautivos; recibiste regalos de la gente,    incluso de quienes se rebelaron contra ti.    Ahora el Señor Dios vivirá allÃ, en medio de nosotros.
¡Alaben al Señor, alaben a Dios nuestro salvador!    Pues cada dÃa nos lleva en sus brazos.Interludio
¡Nuestro Dios es un Dios que salva!    El Señor Soberano nos rescata de la muerte.
Pero Dios aplastará las cabezas de sus enemigos,    aplastará los cráneos de los que aman sus caminos perversos.
Los cantores van adelante, los músicos van detrás;    en medio hay jovencitas que tocan panderetas.
Alaben a Dios todos los del pueblo de Israel;    alaben al Señor, la fuente de vida de Israel.
Miren, la pequeña tribu de BenjamÃn va al frente;    le sigue una gran multitud de gobernantes de Judá    y todos los gobernantes de Zabulón y NeftalÃ.
Oh Dios, haz que tu poder se presente; Â Â Â despliega tu poder, oh Dios, como lo has hecho en el pasado.