Fielmente respondes a nuestras oraciones con imponentes obras, Â Â Â oh Dios nuestro salvador. Eres la esperanza de todos los que habitan la tierra, Â Â Â incluso de los que navegan en mares distantes.
Con tu poder formaste las montañas    y te armaste de una fuerza poderosa.
Los que viven en los extremos de la tierra    quedan asombrados ante tus maravillas. Desde donde sale el sol hasta donde se pone,    tú inspiras gritos de alegrÃa.
Con lluvias empapas la tierra arada,    disuelves los terrones y nivelas los surcos. Ablandas la tierra con aguaceros    y bendices sus abundantes cultivos.
Coronas el año con una copiosa cosecha;    hasta los senderos más pisoteados desbordan de abundancia.
Las praderas del desierto se convierten en buenos pastizales, Â Â Â y las laderas de las colinas florecen de alegrÃa.
Los prados se visten con rebaños de ovejas,    y los valles están alfombrados con grano.    ¡Todos gritan y cantan de alegrÃa!