¡Pues tú concedes la victoria a los reyes!    Rescataste a tu siervo David de la espada mortal.
¡Sálvame!    Rescátame del poder de mis enemigos. Su boca está llena de mentiras;    juran decir la verdad pero, al contrario, mienten.
Que nuestros hijos florezcan en su juventud    como plantas bien nutridas; que nuestras hijas sean como columnas elegantes,    talladas para embellecer un palacio.