sino que se deleitan en la ley del Señor    meditando en ella dÃa y noche.
Son como árboles plantados a la orilla de un rÃo,    que siempre dan fruto en su tiempo. Sus hojas nunca se marchitan,    y prosperan en todo lo que hacen.
¡No sucede lo mismo con los malos!    Son como paja inútil que esparce el viento.
Serán condenados cuando llegue el juicio;    los pecadores no tendrán lugar entre los justos.
Pues el Señor cuida el sendero de los justos,    pero la senda de los malos lleva a la destrucción.