Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
»La gente sabe de dónde extraer la plata    y cómo refinar el oro.
Saben de dónde sacar hierro de la tierra    y cómo separar el cobre de la roca.
Saben cómo hacer brillar la luz en la oscuridad    y explorar las regiones más lejanas de la tierra    mientras buscan minerales en lo profundo.
Cavan pozos y abren minas    lejos de donde vive la gente.    Descienden por medio de cuerdas, balanceándose de un lado a otro.
En la superficie de la tierra se cultivan alimentos    pero muy abajo, la tierra está derretida como por fuego.
Abajo, las piedras contienen lapislázuli precioso    y el polvo contiene oro.
Son tesoros que ningún ave de rapiña puede ver    ni el ojo de halcón alcanza a distinguir.
Ningún animal salvaje ha pisado esos tesoros;    ningún león ha puesto su garra sobre ellos.
La gente sabe cómo romper la roca más dura    y volcar de raiz a las montañas.
Construyen túneles en las rocas    y descubren piedras preciosas.
Represan el agua que corre en los arroyos    y sacan a la luz los tesoros escondidos.
»Pero ¿sabe la gente dónde encontrar sabidurÃa?    ¿Dónde puede hallar entendimiento?
Nadie sabe dónde encontrar sabidurÃa    porque no se halla entre los vivos.
Hizo las leyes para la lluvia    y trazó un camino para el rayo.
Entonces vio la sabidurÃa y la evaluó;    la colocó en su lugar y la examinó cuidadosamente.
Esto es lo que Dios dice a toda la humanidad: “El temor del Señor es la verdadera sabidurÃa;    apartarse del mal es el verdadero entendimientoâ€Â».