Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
En esos dÃas, algunos de los hombres y sus esposas elevaron una protesta contra sus hermanos judÃos.
DecÃan: «Nuestras familias son tan numerosas que necesitamos más comida para sobrevivir».
Otros decÃan: «Hemos hipotecado nuestros campos, viñedos y casas para conseguir comida durante el hambre».
Otros más decÃan: «Para poder pagar los impuestos, tuvimos que pedir dinero prestado dando nuestros campos y viñedos como garantÃa.
Pertenecemos a la misma familia de los que son ricos, y nuestros hijos son iguales a los de ellos. Sin embargo, tenemos que vender nuestros hijos como esclavos solo para conseguir lo necesario para vivir. Ya hemos vendido a algunas de nuestras hijas, y no hay nada que podamos hacer, porque nuestros campos y viñedos ya están hipotecados a otros».
En la reunión les dije:—Estamos haciendo todo lo posible para rescatar a nuestros parientes judÃos que han tenido que venderse a extranjeros paganos, pero ahora son ustedes los que los someten a esclavitud. ¿Cuántas veces tendremos que redimirlos?Ellos no tenÃan nada que argumentar en su defensa.
Entonces insistÃ:—¡No está bien lo que ustedes hacen! ¿Acaso no deberÃan andar en el temor de nuestro Dios para evitar que nos pongan en ridÃculo las naciones enemigas?
Yo mismo, al igual que mis hermanos y mis trabajadores, he estado prestando dinero y grano al pueblo, pero ahora dejemos de cobrarles intereses.
Durante los doce años en los que fui gobernador de Judá —desde el año veinte hasta el año treinta y dos del reinado del rey Artajerjes— ni yo ni mis funcionarios reclamamos la ración de comida que nos correspondÃa.
No pedà nada, aunque con frecuencia daba de comer a ciento cincuenta funcionarios judÃos en mi mesa, ¡sin contar a todos los visitantes de otras tierras!