EzequÃas ha dicho: ‘El Señor nuestro Dios nos librará del rey de Asiria’. ¡EzequÃas los está engañando y los está condenando a morir de hambre y de sed!
»¡De seguro ustedes se han dado cuenta de lo que yo y los otros reyes de Asiria antes de mà hemos hecho a todos los pueblos de la tierra! ¿Pudieron acaso los dioses de esas naciones librar a sus pueblos de mi poder?
¡No dejen que EzequÃas los engañe! ¡No permitan que se burle asà de ustedes! Lo vuelvo a repetir: ningún dios de ninguna nación o reino jamás ha sido capaz de librar a su pueblo de mà o de mis antepasados. ¡Mucho menos podrá su Dios librarlos a ustedes de mi poder!â€Â».
Los oficiales de Senaquerib siguieron burlándose del Señor Dios y de su siervo EzequÃas, amontonando insulto sobre insulto.
Los oficiales asirios que entregaron las cartas gritaron esto en hebreo a las personas que se habÃan juntado en la muralla de la ciudad, con el fin de atemorizarlas para que luego les fuera más fácil conquistar la ciudad.
EzequÃas era muy rico y altamente honrado. Construyó edificios especiales para guardar sus tesoros: plata, oro, piedras preciosas y especias, asà como los escudos y otros objetos de valor.
Sin embargo, cuando llegaron embajadores de Babilonia para preguntar por los sorprendentes acontecimientos que habÃan ocurrido en la tierra, Dios se apartó de EzequÃas para ponerlo a prueba y ver lo que realmente habÃa en su corazón.
Los demás acontecimientos del reinado de EzequÃas y sus actos de devoción están registrados en La visión del profeta IsaÃas, hijo de Amoz, que está incluida en El libro de los reyes de Judá y de Israel.