Likewise the Spirit also helpeth our infirmities: for we know not what we should pray for as we ought: but the Spirit itself maketh intercession for us with groanings which cannot be uttered.
En cambio, siguió el ejemplo de los reyes de Israel. Fundió imágenes de metal para rendir culto a Baal.
Ofreció sacrificios en el valle de Ben-hinom y hasta sacrificó a sus hijos en el fuego. De esta manera, siguió las prácticas detestables de las naciones paganas que el Señor habÃa expulsado de la tierra al paso de los israelitas.
Ofreció sacrificios y quemó incienso en los santuarios paganos, en las colinas y debajo de todo árbol frondoso.
En un solo dÃa Peka, hijo de RemalÃas y rey de Israel, mató a ciento veinte mil soldados de Judá —todos ellos guerreros con experiencia—, porque habÃan abandonado al Señor, Dios de sus antepasados.
Escúchenme y devuelvan a los prisioneros que han tomado, porque son sus propios parientes. ¡Tengan cuidado, porque ahora la ira feroz del Señor se ha vuelto contra ustedes!».
Entonces algunos lÃderes de Israel —AzarÃas, hijo de Johanán; BerequÃas, hijo de Mesilemot; EzequÃas, hijo de Salum y Amasa, hijo de Hadlai— estuvieron de acuerdo con esto y se enfrentaron a los hombres que regresaban de la batalla.
«¡No deben traer aquà a los prisioneros! —exclamaron—. ¡De ninguna manera nos conviene aumentar nuestros pecados y culpas! Nuestra culpa ya es muy grande, y la ira feroz del Señor ya se ha vuelto contra Israel».
Entonces los guerreros pusieron en libertad a los prisioneros y entregaron el botÃn en presencia de los lÃderes y de todo el pueblo.
Por su parte, los filisteos habÃan asaltado las ciudades de Judá situadas en las colinas y en el Neguev. Ya habÃan tomado y ocupado Bet-semes, Ajalón, Gederot, Soco con sus aldeas, Timna con sus aldeas y Gimzo con sus aldeas.
El Señor estaba humillando a Judá por causa de Acaz, rey de Judá, pues este habÃa incitado a su pueblo a que pecara y le habÃa sido totalmente infiel al Señor.
Asà que cuando llegó Tiglat-pileser, rey de Asiria, atacó a Acaz en lugar de ayudarlo.
Acaz tomó objetos valiosos del templo del Señor, del palacio real y de las casas de los funcionarios y se los entregó al rey de Asiria como tributo; pero no le sirvió de nada.
Aun durante este tiempo de dificultades, el rey Acaz siguió rechazando al Señor.
Construyó santuarios paganos en todas las ciudades de Judá para ofrecer sacrificios a otros dioses. De esa manera provocó el enojo del Señor, Dios de sus antepasados.
Los demás acontecimientos del reinado de Acaz y todo lo que hizo, desde el principio hasta el fin, están registrados en El libro de los reyes de Judá y de Israel.