y oró diciendo: «Oh Señor, Dios de nuestros antepasados, solo tú eres el Dios que está en el cielo. Tú eres el gobernante de todos los reinos de la tierra. Tú eres fuerte y poderoso. ¡Nadie puede hacerte frente!
Oh Dios nuestro, ¿acaso no expulsaste a los que vivÃan en esta tierra cuando llegó tu pueblo Israel? ¿Acaso no les diste esta tierra para siempre a los descendientes de tu amigo Abraham?
Tu pueblo se estableció aquà y construyó este templo para honrar tu nombre.
Ellos dijeron: “Cuando enfrentemos cualquier calamidad, ya sea guerra, plagas o hambre, podremos venir a este lugar para estar en tu presencia ante este templo donde se honra tu nombre. Podremos clamar a ti para que nos salves y tú nos oirás y nos rescatarásâ€.
Mientras todos los hombres de Judá estaban de pie ante el Señor junto con sus esposas, sus hijos y aun los niños pequeños,
el EspÃritu del Señor vino sobre uno de los hombres allà presentes. Se llamaba Jahaziel, hijo de ZacarÃas, hijo de BenaÃa, hijo de Jeiel, hijo de MatanÃas, un levita, quien era un descendiente de Asaf.
El rey Josafat y sus hombres salieron a recoger el botÃn. Encontraron una enorme cantidad de objetos, vestidos y otros artÃculos valiosos, más de lo que podÃan cargar. ¡HabÃa tanto botÃn que les llevó tres dÃas solo para juntarlo!
Al cuarto dÃa se reunieron en el valle de la Bendición, el cual recibió ese nombre aquel dÃa porque allà el pueblo alabó y agradeció al Señor. Aún se conoce como valle de la Bendición hasta el dÃa de hoy.
Josafat fue un buen rey, quien siguió los caminos de su padre Asa. Hizo lo que era agradable a los ojos del Señor.
Sin embargo, durante su reinado no quitó todos los santuarios paganos, y la gente nunca se comprometió por completo a seguir al Dios de sus antepasados.
Los demás acontecimientos del reinado de Josafat, desde el principio hasta el fin, están registrados en El registro de Jehú, hijo de HananÃ, el cual está incluido en El libro de los reyes de Israel.
Juntos construyeron una flota de barcos mercantes en el puerto de Ezión-geber.
Luego Eliezer, hijo de Dodava, de Maresa, profetizó contra Josafat y le dijo: «Por haberte aliado con el rey OcozÃas, el Señor destruirá tu labor». Asà que los barcos naufragaron y nunca se hicieron a la mar.