los comandantes amonitas le dijeron a Hanún: «¿Realmente cree que estos hombres vienen para honrar a su padre? ¡No, David los ha enviado a espiar la tierra para luego venir y conquistarla!».
Entonces Hanún tomó presos a los embajadores de David, les afeitó la barba, les cortó los mantos a la altura de las nalgas y los envió avergonzados de regreso a David.
Cuando David se enteró, envió a Joab con todos sus guerreros a pelear contra ellos.
Las tropas amonitas se pusieron en pie de guerra a la entrada de la ciudad, mientras los otros reyes tomaron posiciones para pelear a campo abierto.
Cuando Joab vio que tendrÃa que luchar tanto por el frente como por la retaguardia, eligió a algunas de las tropas selectas israelitas y las puso bajo su propio mando para luchar contra los arameos a campo abierto.
Al darse cuenta los arameos de que no podÃan contra Israel, enviaron mensajeros para pedir tropas adicionales arameas del otro lado del rÃo Éufrates. Estas tropas estaban bajo el mando de Sobac, el comandante de las fuerzas de Hadad-ezer.