Allà proclamó a Is-boset rey de Galaad, de Jezreel, de EfraÃn, de BenjamÃn, de la tierra de los gesuritas y del resto de Israel.
Is-boset, hijo de Saúl, tenÃa cuarenta años cuando llegó a ser rey, y gobernó desde Mahanaim dos años. Mientras tanto, el pueblo de Judá permaneció leal a David.
David hizo de Hebrón su ciudad capital y gobernó como rey de Judá siete años y medio.
Cierto dÃa, Abner dirigió a las tropas de Is-boset desde Mahanaim a Gabaón.
Entonces Abner le sugirió a Joab:—Propongo que algunos de nuestros guerreros se enfrenten aquà cuerpo a cuerpo delante de nosotros.—Muy bien —asintió Joab.
Asà que se eligieron doce hombres de cada grupo para pelear, doce hombres de BenjamÃn que representaban a Is-boset, hijo de Saúl, y doce que representaban a David.
Cada uno agarró a su oponente del cabello y clavó su espada en el costado del otro, de modo que todos murieron. A partir de entonces, ese lugar en Gabaón se conoce como el Campo de las Espadas.
Ese dÃa se desencadenó una feroz batalla, y las fuerzas de David derrotaron a Abner y a los hombres de Israel.
Joab, Abisai y Asael —los tres hijos de Sarvia— estaban entre las fuerzas de David ese dÃa. Asael podÃa correr como una gacela
y comenzó a correr tras Abner; lo persiguió sin tregua y no se detuvo para nada.
Cuando Abner se dio vuelta y lo vio venir, le gritó:—¿Eres tú, Asael?—SÃ, soy yo —le contestó.
Abner le volvió a gritar:—¡Vete de aquÃ! No quiero matarte. ¿Cómo podrÃa dar la cara a tu hermano Joab?
Pero Asael se negó a regresar, entonces Abner le clavó la parte trasera de su lanza en el estómago. La lanza le salió por la espalda y Asael cayó muerto al suelo. Todos los que pasaban por allà se detenÃan, al ver a Asael tendido muerto.
Cuando Joab y Abisai se enteraron de lo sucedido, salieron a perseguir a Abner.El sol ya se ponÃa cuando llegaron a la colina de Amma, cerca de GÃa en el camino que lleva al desierto de Gabaón.
Las tropas de Abner, de la tribu de BenjamÃn, se reagruparon allà en la cima de la colina para tomar posiciones.
Abner le gritó a Joab:—¿Es inevitable que nos matemos unos a otros? ¿No te das cuenta de que lo único que produce es amargura? ¿Cuándo vas a ordenar que tus hombres dejen de perseguir a sus hermanos israelitas?
Entonces dijo Joab:—Si no hubieras hablado, solo Dios sabe lo que habrÃa pasado, porque los habrÃamos perseguido toda la noche de ser necesario.
De manera que Joab tocó el cuerno de carnero, y sus hombres dejaron de perseguir a las tropas de Israel.
Durante toda esa noche Abner y sus hombres retrocedieron por el Jordán. Cruzaron el rÃo Jordán y viajaron toda la mañana sin detenerse hasta llegar a Mahanaim.