Entonces Absalón le decÃa: «Usted tiene muy buenos argumentos a su favor. ¡Es una pena que el rey no tenga disponible a nadie para que los escuche!
—Está bien —le dijo el rey—. Ve y cumple tu voto.Asà que Absalón se fue a Hebrón.
Pero mientras estaba allÃ, envió mensajeros secretos a todas las tribus de Israel para iniciar una rebelión contra el rey. «Tan pronto como oigan el cuerno de carnero —decÃa el mensaje— deben decir: “Absalón ha sido coronado rey en Hebrónâ€Â».
Mientras Absalón ofrecÃa los sacrificios, mandó a buscar a Ahitofel, uno de los consejeros de David que vivÃa en Gilo. En poco tiempo muchos más se unieron a Absalón, y la conspiración cobró fuerza.
—Estamos con usted —respondieron sus consejeros—. Haga lo que mejor le parezca.
Entonces el rey salió de inmediato junto con todos los de su casa. No dejó a nadie excepto a diez de sus concubinas para que cuidaran el palacio.
Asà que el rey y toda su gente salieron a pie, y se detuvieron en la última casa
a fin de que los hombres del rey pasaran al frente.HabÃa seiscientos hombres de Gat que habÃan venido con David, junto con los guardaespaldas del rey.
Luego el rey le dio instrucciones a Sadoc para que regresara el arca de Dios a la ciudad: «Si al Señor le parece bien —dijo David—, me traerá de regreso para volver a ver el arca y el tabernáculo;
Al llegar David a la cima del monte de los Olivos, donde la gente adoraba a Dios, Husai el arquita lo estaba esperando. Husai habÃa rasgado sus ropas y habÃa echado polvo sobre su cabeza en señal de duelo.
Pero David le dijo: «Si vienes conmigo sólo serás una carga.