Likewise the Spirit also helpeth our infirmities: for we know not what we should pray for as we ought: but the Spirit itself maketh intercession for us with groanings which cannot be uttered.
Pero Amnón no quiso escucharla y, como era más fuerte que ella, la violó.
De pronto, el amor de Amnón se transformó en odio, y la llegó a odiar aún más de lo que la habÃa amado.—¡Vete de aquÃ! —le gruñó.
—¡No, no! —gritó Tamar—. ¡Echarme de aquà ahora es aún peor de lo que ya me has hecho!Pero Amnón no quiso escucharla.
Entonces llamó a su sirviente y le ordenó:—¡Echa fuera a esta mujer y cierra la puerta detrás de ella!
Asà que el sirviente la sacó y cerró la puerta detrás de ella. Tamar llevaba puesta una hermosa túnica larga, como era costumbre en esos dÃas para las hijas vÃrgenes del rey.
Él fue adonde estaba el rey y le dijo:—Mis esquiladores ya se encuentran trabajando. ¿PodrÃan el rey y sus siervos venir a celebrar esta ocasión conmigo?
Pero Absalón siguió insistiendo hasta que por fin el rey accedió y dejó que todos sus hijos asistieran, entre ellos Amnón. Asà que Absalón preparó un banquete digno de un rey.
Absalón les dijo a sus hombres:—Esperen hasta que Amnón se emborrache; entonces, a mi señal, ¡mátenlo! No tengan miedo. Yo soy quien da la orden. ¡AnÃmense y háganlo!
Por lo tanto, cuando Absalón dio la señal, mataron a Amnón. Enseguida los otros hijos del rey montaron sus mulas y huyeron.
Pero justo en ese momento, Jonadab el hijo de Simea, hermano de David, llegó y dijo:—No, no crea que todos los hijos del rey están muertos, ¡solamente Amnón! Absalón habÃa estado tramando esto desde que Amnón violó a su hermana Tamar.
No, mi señor el rey, ¡no todos sus hijos están muertos! ¡Solo murió Amnón!