David respondió al sacerdote Ajimelec: --El rey me ha encomendado un asunto y me ha dicho: "Nadie sepa nada de este asunto al cual te envÃo y que te encomiendo." Y en cuanto a los jóvenes, acordamos reunirnos en cierto lugar.
El sacerdote respondió a David y dijo: --No tengo a mano pan común. Solamente tengo pan sagrado, si es que los jóvenes se han abstenido, al menos, de mujeres.
David respondió al sacerdote y le dijo: --A la verdad, las mujeres nos han sido vedadas como antes, al salir; y los cuerpos de los jóvenes están purificados, aun cuando el camino es profano. Con mayor razón hoy, ellos tienen sus cuerpos purificados.
Asà el sacerdote le dio el pan sagrado, porque allà no habÃa más pan que los panes de la Presencia, los cuales habÃan sido retirados de la presencia de Jehovah y reemplazados por panes calientes el dÃa en que fueron quitados.
Aquel dÃa estaba presente allÃ, detenido delante de Jehovah, uno de los servidores de Saúl, cuyo nombre era Doeg el edomita, el principal de los pastores de Saúl.