Entonces los ancianos de Jabes le dijeron: --Danos siete dÃas, para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel. Si no hay quien nos libre, nos rendiremos a ti.
Cuando los mensajeros llegaron a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras a oÃdos del pueblo. Y todo el pueblo alzó su voz y lloró.
Él tomó un par de bueyes, los cortó en pedazos y los envió por medio de mensajeros a todo el territorio de Israel, diciendo: "Asà se hará con los bueyes del que no salga tras Saúl y Samuel." Entonces el temor de Jehovah cayó sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre.
Saúl les pasó revista en Bezec: Los hijos de Israel eran 300.000, además de 30.000 hombres de Judá.
Entonces los hombres de Jabes respondieron: --Mañana nos rendiremos a vosotros, para que hagáis con nosotros todo lo que os parezca bien.
Y sucedió que al dÃa siguiente, Saúl distribuyó el pueblo en tres escuadrones. Luego entraron en medio del campamento durante la vigilia de la mañana, e hirieron a los amonitas hasta la hora de más calor. Y sucedió que los que quedaron se dispersaron de tal manera que no quedaron dos de ellos juntos.