Entonces el pariente redentor respondió: --No puedo redimir para mÃ, no sea que perjudique mi propia heredad. Redime tú para ti lo que yo deberÃa redimir, porque yo no puedo redimirlo.
HabÃa desde antaño la costumbre en Israel, tocante a la redención y las transacciones, que para dar vigencia a cualquier asunto uno se quitaba la sandalia y la daba al otro. Y esto servÃa de testimonio en Israel.
Entonces Boaz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: --Vosotros sois testigos hoy de que adquiero de mano de Noemà todas las cosas que pertenecieron a Elimelec y todo lo de Quelión y de Majlón,
Boaz tomó a Rut, y ella fue su mujer. Él se unió a ella, y Jehovah le concedió que concibiera y diera a luz un hijo.
Entonces las mujeres decÃan a NoemÃ: --¡Alabado sea Jehovah, que hizo que no te faltase hoy un pariente redentor! ¡Que su nombre sea celebrado en Israel!
Él restaurará tu vida y sustentará tu vejez, porque tu nuera, que te ama y te es mejor que siete hijos, lo ha dado a luz.
Noemà tomó al niño, lo puso en su seno y fue su ama.
Y las vecinas le dieron nombre, diciendo: --¡Un hijo le ha nacido a NoemÃ! Y le pusieron por nombre Obed. Él fue el padre de IsaÃ, padre de David.
Ésta es la historia de los descendientes de Fares: Fares engendró a Hesrón.
Hesrón engendró a Ram. Ram engendró a Aminadab.
Aminadab engendró a Najsón. Najsón engendró a Salmón.
¿Acaso no serán arrancadas las cuerdas de sus tiendas? En ellas mueren, pero sin sabidurÃa."
¡Clama, pues! ¿Habrá quien te responda? ¿A cuál de los santos acudirás?