Entonces Rut bajó a la era e hizo todo lo que su suegra le habÃa mandado.
Cuando Boaz habÃa comido y bebido, y su corazón estaba contento, se retiró a dormir a un lado del montón de grano. Entonces ella fue silenciosamente, destapó un sitio a sus pies y se acostó.
Y sucedió que a la media noche Boaz se estremeció y se dio vuelta. ÂY he aquà que una mujer estaba acostada a sus pies!
Él dijo: --Jehovah te bendiga, hija mÃa. Esta última acción tuya es mejor que la primera, porque no has ido tras los jóvenes, sean pobres o ricos.
Y añadió: --Me dio estas seis medidas de cebada, diciendo: "Para que no vayas a tu suegra con las manos vacÃas."
Entonces Noemà dijo: --Descansa, hija mÃa, hasta que sepas cómo resulta la cosa. Porque el hombre no tendrá sosiego hasta que concluya hoy mismo el asunto.