En medio de la avenida de la ciudad, y a uno y otro lado del rÃo, está el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto. Las hojas del árbol son para la sanidad de las naciones.
Ya no habrá más maldición. Y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le rendirán culto.
Verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.
No habrá más noche, ni tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol; porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.
Me dijo además: "Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espÃritus de los profetas, ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que tienen que suceder pronto.
¡He aquà vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecÃa de este libro."
Y me dijo: "No selles las palabras de la profecÃa de este libro, porque el tiempo está cerca.
El que es injusto, haga injusticia todavÃa. El que es impuro, sea impuro todavÃa. El que es justo, haga justicia todavÃa, y el que es santo, santifÃquese todavÃa.
He aquà vengo pronto, y mi recompensa conmigo, para pagar a cada uno según sean sus obras.
Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin."
Bienaventurados los que lavan sus vestiduras, para que tengan derecho al árbol de la vida y para que entren en la ciudad por las puertas.
Pero afuera quedarán los perros, los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira.
"Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para daros testimonio de estas cosas para las iglesias. Yo soy la raÃz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana."
El EspÃritu y la esposa dicen: "¡Ven!" El que oye diga: "¡Ven!" El que tiene sed, venga. El que quiere, tome del agua de vida gratuitamente.
Yo advierto a todo el que oye las palabras de la profecÃa de este libro: Si alguno añade a estas cosas, Dios le añadirá las plagas que están escritas en este libro;
y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecÃa, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la santa ciudad, de los cuales se ha escrito en este libro.