Porque muchos engañadores han salido al mundo, quienes no confiesan que Jesucristo ha venido en la carne. Tal persona es el engañador y el anticristo.
Mirad por vosotros mismos para que no perdáis las cosas en que hemos trabajado, sino que recibáis abundante recompensa.
Si alguien va a vosotros y no lleva esta doctrina, no le recibáis en casa, ni le digáis: "¡Bienvenido!"
Porque el que le da la bienvenida participa de sus malas obras.
Aunque tengo muchas cosas que escribiros, no he querido comunicarlas por medio de papel y tinta. Más bien, espero estar con vosotros y hablar cara a cara, para que nuestro gozo sea completo.