So when this corruptible shall have put on incorruption, and this mortal shall have put on immortality, then shall be brought to pass the saying that is written, Death is swallowed up in victory.
La segunda suerte tocó a Simeón, a la tribu de los hijos de Simeón, según sus clanes. Y su heredad estaba dentro del territorio de los hijos de Judá.
Y les tocó como heredad: Beerseba, Seba, Molada,
Hazar-sual, Bala, Ezem,
Eltolad, Betul, Horma,
Siclag, Bet-hamarcabot, Hazar-susa,
Bet-lebaot y Sarujen; trece ciudades con sus aldeas.
Aco, Afec y Rejob; veintidós ciudades con sus aldeas.
Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu de los hijos de Aser, según sus clanes.
La sexta suerte tocó a los hijos de NeftalÃ; a los hijos de NeftalÃ, según sus clanes.
Su frontera partÃa desde Helef y desde la encina de Zaananim, y desde Adami-nequeb y Jabneel hasta Lacum, y terminaba en el Jordán.
Luego la frontera volvÃa al oeste hasta Aznot-tabor. De allà pasaba a Hucoc, y limitaba con Zabulón por el sur, con Aser por el oeste, y con el Jordán, por donde nace el sol.
El territorio de su heredad abarcaba Zora, Estaol, Ir-semes,
SaalbÃn, Ajalón, Jetla,
Elón, Timnat, Ecrón,
Elteque, Gibetón, Baalat,
Jehud, Benei-berac, Gat-rimón.
Mei-hayarcón y Racón, con la región que está enfrente de Jope.
Pero faltó territorio a los hijos de Dan. Por eso, los hijos de Dan subieron y combatieron contra Lesem. Ellos la ocuparon e hirieron a filo de espada; tomaron posesión de ella y habitaron allÃ. Y a Lesem la llamaron Dan, según el nombre de su padre Dan.
Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu de los hijos de Dan, según sus clanes.