Por lo tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. He aquÃ, el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardándolo con paciencia hasta que reciba las lluvias tempranas y tardÃas.
Y la oración de fe dará salud al enfermo, y el Señor lo levantará. Y si ha cometido pecados, le serán perdonados.
Por tanto, confesaos unos a otros vuestros pecados, y orad unos por otros de manera que seáis sanados. La ferviente oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho.
ElÃas era un hombre sujeto a pasiones, igual que nosotros, pero oró con insistencia para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses.
Y oró de nuevo, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.
Hermanos mÃos, si alguno entre vosotros es engañado, desviándose de la verdad, y otro le hace volver,
sabed que el que haga volver al pecador del error de su camino salvará su vida de la muerte, y cubrirá una multitud de pecados.