¡Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos!
No seáis llevados de acá para allá por diversas y extrañas doctrinas; porque bueno es que el corazón haya sido afirmado en la gracia; no en comidas, que nunca aprovecharon a los que se dedican a ellas.
Tenemos un altar del cual los que sirven en el tabernáculo no tienen derecho a comer.
Porque los cuerpos de aquellos animales, cuya sangre es introducida por el sumo sacerdote en el lugar santÃsimo como sacrificio por el pecado, son quemados fuera del campamento.
Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegrÃa y sin quejarse, pues esto no os serÃa provechoso.
Orad por nosotros, pues confiamos que tenemos buena conciencia y deseamos conducirnos bien en todo.
Con mayor insistencia imploro que lo hagáis, para que yo os sea restituido pronto.
Y el Dios de paz, que por la sangre del pacto eterno levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas,