En otras generaciones, no se dio a conocer este misterio a los hijos de los hombres, como ha sido revelado ahora a sus santos apóstoles y profetas por el EspÃritu,
a saber: que en Cristo Jesús los gentiles son coherederos, incorporados en el mismo cuerpo y copartÃcipes de la promesa por medio del evangelio.
A mÃ, que soy menos que el menor de todos los santos, me ha sido conferida esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo
y para aclarar a todos cuál es la administración del misterio que desde la eternidad habÃa estado escondido en Dios, quien creó todas las cosas.
Todo esto es para que ahora sea dada a conocer, por medio de la iglesia, la multiforme sabidurÃa de Dios a los principados y las autoridades en los lugares celestiales,
conforme al propósito eterno que realizó en Cristo Jesús, nuestro Señor.