Porque, si acaso quisiera gloriarme, no serÃa yo insensato, pues dirÃa la verdad. Pero desisto, para que nadie piense de mà más de lo que ve en mà u oye de mÃ.
Y para que no me exalte desmedidamente por la grandeza de las revelaciones, me ha sido dado un aguijón en la carne, un mensajero de Satanás, que me abofetee para que no me enaltezca demasiado.
En cuanto a esto, tres veces he rogado al Señor que lo quite de mÃ;
¡Me he hecho necio! ¡Vosotros me obligasteis! Pues más bien, yo deberÃa ser recomendado por vosotros; porque en nada he sido menos que los apóstoles eminentes, aunque nada soy.
Las señales de apóstol han sido realizadas entre vosotros con toda paciencia, con señales, prodigios y hechos poderosos.
Temo que, cuando vuelva, Dios me humille entre vosotros y yo tenga que llorar por muchos que antes han pecado y no se han arrepentido de los actos de impureza, inmoralidad sexual y libertinaje que han cometido.