Asà que, el que se opone a la autoridad, se opone a lo constituido por Dios; y los que se oponen recibirán condenación para sà mismos.
Porque los gobernantes no están para infundir el terror al que hace lo bueno, sino al que hace lo malo. ¿Quieres no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás su alabanza;
porque es un servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no lleva en vano la espada; pues es un servidor de Dios, un vengador para castigo del que hace lo malo.
No debáis a nadie nada, salvo el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo ha cumplido la ley.
Porque los mandamientos--no cometerás adulterio, no cometerás homicidio, no robarás, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento-- se resumen en esta sentencia: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
El amor no hace mal al prójimo; asà que el amor es el cumplimiento de la ley.
Y haced esto conociendo el tiempo, que ya es hora de despertaros del sueño; porque ahora la salvación está más cercana de nosotros que cuando creÃmos.