Pedro y Juan subÃan al templo a la hora de la oración, la hora novena.
Y era traÃdo cierto hombre que era cojo desde el vientre de su madre. Cada dÃa le ponÃan a la puerta del templo que se llama Hermosa, para pedir limosna de los que entraban en el templo.
Éste, al ver a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba para recibir una limosna.
Vosotros sois los hijos de los profetas y del pacto que Dios concertó con vuestros padres, diciendo a Abraham: En tu descendencia serán benditas todas las familias de la tierra.