HabÃa allà seis tinajas de piedra para agua, de acuerdo con los ritos de los judÃos para la purificación. En cada una de ellas cabÃan dos o tres medidas.
Jesús les dijo: --Llenad de agua las tinajas. Y las llenaron hasta el borde.
Luego les dijo: --Sacad ahora y llevadlo al encargado del banquete. Se lo llevaron;
y cuando el encargado del banquete probó el agua ya hecha vino, y no sabÃa de dónde venÃa (aunque los sirvientes que habÃan sacado el agua sà lo sabÃan), llamó al novio
y le dijo: --Todo hombre sirve primero el buen vino; y cuando ya han tomado bastante, entonces saca el inferior. Pero tú has guardado el buen vino hasta ahora.
Por esto, cuando fue resucitado de entre los muertos, sus discÃpulos se acordaron de que habÃa dicho esto y creyeron la Escritura y las palabras que Jesús habÃa dicho.