But now thus saith the LORD that created thee, O Jacob, and he that formed thee, O Israel, Fear not: for I have redeemed thee, I have called thee by thy name; thou art mine.
Habiendo dicho estas cosas, Jesús salió con sus discÃpulos para el otro lado del arroyo de Quedrón, donde habÃa un huerto en el cual entró Jesús con sus discÃpulos.
Entonces Judas, tomando una compañÃa de soldados romanos y guardias de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allà con antorchas, lámparas y armas.
Entonces Simón Pedro, que tenÃa una espada, la sacó, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.
Entonces Jesús dijo a Pedro: --Mete tu espada en la vaina. ¿No he de beber la copa que el Padre me ha dado?
Entonces la compañÃa de soldados, el comandante y los guardias de los judÃos prendieron a Jesús y le ataron.
Luego le llevaron primero ante Anás, porque era el suegro de Caifás, el sumo sacerdote de aquel año.
Caifás era el que habÃa dado consejo a los judÃos de que convenÃa que un hombre muriese por el pueblo.
Simón Pedro y otro discÃpulo seguÃan a Jesús. Este discÃpulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote;
pero Pedro se quedó fuera, a la puerta. Y salió el otro discÃpulo que era conocido del sumo sacerdote, habló a la portera y llevó a Pedro adentro.
El sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discÃpulos y de su doctrina.
Jesús le respondió: --Yo he hablado abiertamente al mundo. Siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judÃos. Nada he hablado en secreto.
Contestó Jesús: --Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearÃan para que yo no fuera entregado a los judÃos. Ahora, pues, mi reino no es de aquÃ.
Entonces Pilato le dijo: --¿Asà que tú eres rey? Jesús respondió: --Tú dices que soy rey. Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad oye mi voz.